jueves, 9 de junio de 2011

Mis caminatas en el Mirador...

Vemos en nuestras caminatas por el Mirador toda clase de gente: Jóvenes, viejos, niños que descargan su ánimo (tristeza, energía, decepción, estrés, alegría, confusión) en esas calles rodeadas por hermosos y relajantes árboles.

Es un espacio único. Es un respiro dentro de nuestra agitada vida diaria.

Un 80 % de las mujeres hablan de sus esposos o novios. Muchos de los hombres hablan de sus ideas y proyectos; otros de cada mujer con curva que le pasa por el lado y otros, "cherchan" y ríen a carcajadas. ¿De qué? Bueno, ¡solo ellos sabrán!

Se ve de todo. Desde policías en caballos, en carros, en bicicleta, en cada esquina -velando por la seguridad del ciudadano- hasta charcos grandes de agua preocupantes hasta cierto punto.

Cada día que voy al Mirador felicito una y otra vez a aquellos que han sido y son aún perseverantes en darle continuidad a lo que es ejercitarse. Esporádicamente me aparezco allí con la misión de hacer un poco de ejercicio y veo a la misma gente con el mejor de los ánimos. Se ven "Personajes" como por ejemplo, un señor de cierta edad que va con su guardaespaldas y llega al kilómetro uno y dura allí mirando a un punto fijo y sin moverse cerca de media hora. Lo miro y tiene la mirada perdida pero fija en un solo lugar. Muchas inquietudes vienen a mi cabeza cuando lo veo. Pero continúo el camino. Continúo mi caminar...

Y así es el Mirador. Así son mis caminatas...

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